19.12.06

Lo mejor del 2006


Llevo semanas dándole vueltas a hacer algún tipo de ranking sobre lo que me ha gustado del año que ahora termina. Ya estaba casi decidido a no hacerlo por:
1. Mi mala memoria. En la mayoría de casos no consigo recordar si algo se hizo o no este año, ni tan siquiera si yo lo conocí en los últimos doce meses.
2. La mayoría de navegantes a los dos o tres días de leer constantemente listas acaba muy muy harto y no es plan de acabar con las pocas visitas que recibo.

Sin embargo, tras pasar yo mismo unos ratos divertidos esta tarde con las listas de pitchforkmedia y alguna más (mi preferida, la de El Emperador de los Helados), he decidido crear una lista distinta, que no es tanto una lista como un recorrido breve por las cosas que han ocupado especialmente mi atención los últimos meses. Aquí empezamos:

MÚSICA.

Lo mejor:


Sr. CHINARRO: Hace muchos años que disfruto con el señor Chinarro. Pero cuando me enteré de que iba a sacar nuevo disco (ya la venta, pero aún no me he pasado por la FNAC a pillarlo), me dediqué a sacar sus discos a mi columna de habituales y me di cuenta de que es el mejor músico español en la actualidad. Letras chinarras para siempre, metamúsica y uno de los pocos artistas del sur que no me suenan repugnantemente folclóricos. Aquí tenéis un adelanto de su nuevo trabajo.

EL COLUMPIO ASESINO: Esta afición es más reciente, y sólo por ello menos intensa. Pixies de cabaré, letras perversas y mecanismos oxidados. Muy recomendable.

BLOC PARTY El disco es del año anterior, pero tras una escucha justo hace ahora un año me conquistaron par siempre. Rock para los que no les gusta el rock. El estribillo de Banquet casi diría que es de lo mejor de esta década, y el crescendo de This modern love es de poner los pelos de punta.

PIANO MAGIC -disaffected: Es del 2005 también, pero me enganchó este año. Pop con guitarras góticas y unas gotas de electrónica. En este disco está la canción que Björk siempre ha querido hacer pero no puede porque está fatal de lo suyo.

CSS (Cansei de ser sexy): Este tipo de música no me tira demasiado, pero he de reconocer que son sorprendentes y divertidos. Mientras culturetas variados intentan hacer que LCD soundsystem o M.I.A. parezcan divertidos, CSS realmente lo son.

DO IT AGAIN: A tribute to Pet Sounds: Este disco homenaje al Pet Sounds de Beach boys nos lleva lejos de la adolescencia y nos introduce en la nostalgia y la soledad de crecer. Cuando esas melodías quedan desnudas de hermosas voces y se muestran puras e incluso retorcidas aprecias aún más a Brian Wilson y te preguntas que para qué los beatles.

GNARLS BARKLEY: Creo que St. Elsewhere es el disco que más veces he oído este año. No es mi estilo tampoco, pero tal sobredosis de talento y energía conquista a cualquiera. Pese a lo que digan muchos, este puede ser un disco muy energético, pero no es en absoluto alegre. Pasión enfermiza diría yo.

APSE -spirit: Gran disco. Me lo compré hace unas semanas, así que aún no lo he oido demasiado, pero el Bloody roots de Sepultura es una tontería al lado de esto. No se me desanimen, que no se parece en nada a los brasileños.

STELLA MARIS de Einstürzende Neubaten: Gran hit. Hay veces que no entiendo cómo una canción como esta no se convierte en un superventas.

TOM WAITS- orphans: Hacía ya un par de años que tenía bastante abandonadito a Waits, pero ese distanciamiento ha sido bueno para que nuestro reencuentro sea aún mejor de lo que podía haber sido. Canciones-joya, una presentación magnífica y, oh, esa voz...

Lo peor (en lo que podía haber estado bien):

BOB DYLAN - Modern times: Ya lo he dicho aquí, una patata, con la que además un amigo estuvo torturándome hace un par de semanas.

WILCO: Creía que me gustaban pero no me gustan. Me aburren. Debe ser porque a veces parecen unos Beatles rocanrroleros. Tienen grandes momentos, pero soy incapaz de soportar un disco entero.

YO LA TENGO - I am not afraid of you and I will beat your ass: Creía que Yo La tengo eran incapaces de hacer un mal disco, pero con sus dos últimos largos de material nuevo me han demostrado que estaba muy muy equivocado. Jamás les creí capaces de ser tan dispersos y tan, tan sosos.


Aquí tengo poco más que decir, ya que por suerte son pocos los bodrios con los que se han encontrado mis orejas voluntariamente. Otra cosa ha sido entrar a bares y no oír nada más que porquería OT y cosas por el estilo.

CINE

Lo mejor:

Hijos de los Hombres: Maravillosa. Grande, fantástica.

Estrella Oscura: Reencuentro con esta película primeriza de John Carpenter, que podrá gustarle incluso a aquellos que odien a John Carpenter. Me impresionó de chaval y ahora no me ha decepcionado. Y me ha puesto tan melancólico como aquella primera vez.

Master & Commander: He disfrutado, no ya de la película, que tenía muy vista ya, sino de una breve conversación con un amigo en la que estuvimos de acuerdo en que no tiene más remedio que convertirse en un clásico del cine con el tiempo. Y, ojo, opino lo mismo de Hijos de los hombres.

Brokeback mountain: Yo no quería ver esta película. Mi chica puso en mi contra este verano a sus sobrinas, que cada vez que estaban en mi presencia coreaban "Brokeback, brokeback". No tuve más remedio que acabar con la tortura asistiendo a una pipesca sesión de cine de verano en la que ví otra película que creo no será olvidada con el tiempo. A todos aquellos que casi me convencieron para no verla, tildándola de penosa he de decirles que:
a) No les gusta el cine o
b) Son profundamente homófobos.
De nuevo Ang Lee y sus plantas meciéndose al viento. Es muy de cine oriental pero mucho mejor.

La Balada de Cable Hogue: De nuevo Sam Peckinpah sorprendiéndome gratamente; divertida, irreverente y, de nuevo, como Grupo Salvaje, cientos de veces imitada y homenajeada.

Lo peor:

Cars: Soy fan de pixar, y creí que estaba ante una nueva Toy Story. Una historia simplona que algunos hacen pasar por profunda simplemente porque se trata de una película de dibujos animados. Escasísimos toques de humor decente y mucha, mucha moralina.

Firewall: Fue la compañera de la sesión doble en la que vi Brokeback mountain. Un auténtico pestiño con un Harrison Ford acabado, y un gran logro al conseguir que un argumento que a priori aseguraría un rato entretenido se convierte en una agonía y un aburrimiento. Una pena que no ganasen los malos esta vez.

El Ilusionista: La crítica está justo aquí abajo.

El laberinto del Fauno: Las razones un poco más al fondo.

Infiltrados: No es que sea una película mala, pero tenía que ponerla aquí después de oír a tantos gafapastas diciendo que el maestro había vuelto. Una crítica muy acertada aquí. E insisto, los últimos segundos de la película, tras el desenlace, son de lo peor que he visto en el cine en mucho tiempo.

Si todas estas recomendaciones e insultos os sirven para disfrutar de algo nuevo o evitar pasar un mal rato, daré por bien empleado este tiempo que ahora mismo considero una pérdida de tiempo.

11.12.06

El Ilusionista, o como construir un bodrio desde premisas atractivas. Con un párrafo final acerca de las escenas de cama en Hollywood

Hoy no hablaré de lo sucia que estaba uno de los nuevos megacines de la ciudad de Murcia. No hablaré de lo difícil que fue localizar la sala sin ningún tipo de señalización y situada en las más profundas entrañas del mismo. Tampoco hablaré de cómo nos tuvieron un par de minutos completamente a oscuras antes de que empezase la película. Pero quizás fuese mejor que hablase de eso porque la película fue mucho peor. El Ilusionista, escrita y dirigida por un tal Neil Burger, cuya otra obra no tengo el placer de haber visto.
Cuando uno se presenta en el cine un domingo por la tarde espera -que no desea- encontrarse con estúpidos que no tienen problemas en molestar con sus gritos a su vecino de butaca, tampoco en quedarse durmiendo y roncar. Y, desde luego, espera encontrarse con el típico imbécil al que le suena el teléfono en medio de la película y lo coje apurado diciendo a gritos con tono de reproche: "cómo se te ocurre llamarme, que estoy en el cine". Si, señor, está usted en el cine, y yo también, y mientras su interlocutor no tenga poderes sobrenaturales para saber que está usted en el cine y no llamarle, mejor apaga usted su móvil o le quita el sonido.
Lo que no espera uno al ir al cine es encontrarse con un bodrio de este calibre. Si quitamos el cine español, la mayoría de películas por las que te atreves a gastarte la pasta en verlas en la pantalla grande, aunque te puedan aburrir o no gustar, aunque puedas despreciar su argumento, etc., suelen estar realizadas con solvencia, con un argumento coherente y con cierta profesionalidad. Y esto sucede, supongo, porque el cine es muy caro, y cuando se produce una película, la productora se asegura de que el guión sea aceptable, que el director sea competente y que al menos vaya a funcionar en el mercado para el que se realiza. Una película de mala calidad puede destruir a una productora, actores, etc. Por eso no entiendo la existencia de esta película, y menos cuando la propuesta parece, a priori, interesante: Magos, conspiraciones políticas, algo de amor, Viena, Paul Giamatti... Creedme, es una auténtica basura: pesimamente dirigida, con un guión patético que alterna entre fragmentos soporíferos y el típico golpe de efecto que no sorprende a casi nadie, y un supuesto "truco" final que se huele desde el primer momento y que es descubierto en una vergonzosa copia de Sospechosos Habituales pero sin la carga dramática de aquella escena, en la que descubrimos que el verdadero mago no es el que ha hecho ese papel durante toda la película, sino aquel que descubre todo el pastel sin tener la más mínima prueba que le haga llegar a tal revelación.
Edward Norton está patético intentando parecer flemático, Jessica Biel no lo sé porque apenas hace nada en toda la película y Giamatti mola como casi siempre, aunque esta vez le han puesto un doblaje difícil de soportar. Todos ellos se dedican a pasear sus misterios y sus pesquisas a lo largo de un gran aburrimiento que resulta hasta patético por momentos. Hay secuencias en los que los artificios escénicos son demasiado visibles, donde las marcas puestas para engañar al espectador son tan evidentes que posteriormente será imposible sorprenderse. No podemos creernos que estamos ante un mago cuando todo el andamiaje de la película, toda la magia del cine está claramente expuesta en este film. No nos creemos la ilusión de estar en otro lugar viviendo algo distinto a nuestras monótonas vidas. Es como en las malas aventuras gráficas, donde el objeto con el que tenemos que interactuar destaca claramente sobre todos los demás. O en algunos episodios de CSI mal dirigidos, donde por cómo trata la cámara a determinados personajes irrelevantes sabemos que estos acabarán siendo asesinos o complices...
Y lo más curioso de todo: las ilusiones que practica el mago son cutres, muy cutres, no hay nada de belleza en ellas y además están realizadas por ordenador y se nota, mucho, pero mucho. Creo que habría sido mucho mejor contratar a algún super mago para hacer ilusionismo real, lo cual habría contribuido bastante a poder vivir la historia en lugar de sufrirla.
NOTA: 3

Por cierto, si existía algo que me reventaba realmente de las películas de los ochenta y parte de los noventa eran las escenas de cama. La típica escena de uno o dos minutos de dedos entrelazados, sábanas de seda, tetas sugeridas entre sombras y caras de éxtasis. Aburridísimas. Quien quiera ver tetas que compre porno o se busque novia; yo quiero ver tiros, monstruos, o lo que toque en cada caso. No sé si debido a la facilidad con la que actualmente podemos buscar y ver tetas en la intimidad de nuestro hogar con nuestro ordenador, el caso es que los últimos años esas escenas escaseaban, con gran alivio por mi parte, que no tenía que ver como rompían el ritmo de una película. Pero me temo que se han vuelto a poner de moda: la película que nos ocupa, Corrupción en Miami, y alguna más de las películas que he visto en los últimos meses contienen esas patéticas escenas. Por favor, hagan patente su odio si lo comparten.

30.11.06

El perfume. Cuéntame ese libro


Apenas recuerdo la novela escrita por Suskind, que leí hace muchos años. Las primeras noticias que tuve acerca de la película me alegraron, aunque me tomé el asunto con desconfianza. Como ya han dicho muchos, la tarea era casi imposible. Cuando aparecieron las primeras imágenes decidí que no quería ver la película, que tenía muy mala pinta. Finalmente, empujado por razones contractuales con mis amigos fui a verla. Me esperaba una auténtica chapuza, un aburrimiento, aunque no llegó a tanto.
El problema con esta adaptación es el contrario a lo habitual: en este caso se intenta ser demasiado fiel al original. Y así nos encontramos ante algo que parece una película, se puede ver como una película, pero no es una película.
El protagonista, Ben Whishaw, no puede expresar con sus gestos lo que pasa por la mente de nuestro querido asesino, y en algunos momentos intenta parecer malvado, lo que muestra una total falta de comprensión de la novela de Suskind. Las inmersiones en el mundo olfativo por medio de las imágenes no nos evoca nada nuevo... y las capacidades de superhéroe de Grenouille casi provocan en mí una carcajada histérica. Otros actores como Dustin Hoffman o Alan Rickman no destacan en absoluto, resultando el segundo incluso ridículo.
Pero lo peor de todo son los interludios narrativos: cuando nuestro protagonista vaga solo por la ciudad, especialmente en la primera parte de la película, cuando se ha de llenar el vacío con algún tipo de voz que no haga creer a la gente que esta es una película "rara", se nos mete con calzador la voz de un narrador que nos lee pasajes enteros de la novela, suponemos que muy ruborizado. Mientras en el libro la palabra resulta un fiel sustituto del olor, la imagen en este caso se nos presenta pobre y carente de vida para expresar la sinestesia, los matices, la melancolía.
Imaginemos por un momento que alguien nos cuenta un libro de cabo a rabo pasando por alto detalles fundamentales y ateniéndose al hilo argumental y a un par de guiños rápidos sobre lo ingenioso que es el autor. Pues eso es esta película.
Traté de convencer a mis amigos en balde de que Casino Royale probablemente sería una forma mejor d emplear nuestro tiempo una aburrida tarde de domingo, pero no hubo manera. Y no me equivocaba. No es que la nueva de Bond cumpla meramente con su propósito mejor que El perfume con el suyo. Es que es una película mejor: en todos los aspectos.

7.11.06

Yo he venido aquí a hablar de la película

Estaba desesperado. No sólo la falta de tiempo me ha tenido apartado de este blog... Aunque precisamente el retrasarme unos pocos días en escribir las entradas que tenía planeadas ha provocado un mayor retraso. Digamos que el blog ha pasado unas semanas con un atasco de narices. Por una parte, comparto plenamente las diatribas expresadas en este post de Sindrogámico. Andaba yo días pensando en hablar de Hijos de los Hombres como la mejor película de los últimos tiempos. Pero el tiempo pasaba y mis ideas sobre el asunto iban dando lugar a otras nuevas y menos interesantes. Además de lo difícil que es hacer una buena crítica de algo, me he encontrado con una complicada situación: yo no sé demasiado de cine. Consumo mucho, pero que mucho, tanto del bueno como del regular, y a veces del malo. Sin embargo, la mayoría de los factores técnicos se me escapan. Por una parte, leo todos los días críticas de cine que me muestran la poca vergüenza de determinadas personas para publicar lo primero que excreta su pensamiento, sin miedo a hablar de determinadas cosas como plano, contraplano o secuencia teniendo incluso menos nociones que yo. Así que, en ocasiones, me echo la manta a la cabeza y me atrevo con todo. Pero es que mira tú por donde, si nos ponemos así, poco tendría que decir de esa película que no se haya dicho ya. Insisto en que lean el post en Sindrogámico sobre este asunto. Pero a esta cuestión se le sumaba otra con la que he tenido que lidiar ya cuando escribí la crítica sobre El laberinto del fauno: yo he venido aquí a hablar de la película. De sus ideas, de sus significados implícitos y explícitos, de lo que me ha hecho sentir, de lo que me ha repugnado, de las argucias de sus artífices, y otras muchas cosas. Y no puedo hacerlo sin contar cosas de la película. Soy un puro Spoiler. No lo puedo evitar. Por eso cuando alguien me pide que le recomiende una película no suelo dar demasiadas razones. Les digo un par de nombres y ya está. Sin embargo, cuando me entero que algún amigo ha visto alguna que me ha gustado o he odiado me puedo pasar horas hablando, compartiendo experiencias, deleitándome en la discusión sobre alguna secuencia durante largo, largo tiempo. Y eso es lo que tengo ganas de hacer aquí cuando me pongo a escribir; y luego me rajo y pienso: "no, escribiré algo que haga que la gente que no la ha visto tenga ganas de ir a verla"; y me veo incapaz de hacerlo sin revelar detalles sustanciales de la trama. Por eso se va atrasando y atrasando y al final nada.
Algo parecido me sucedió al plantearme la crítica al concierto de El Columpio Asesino: hablar de qué canciones habían tocado y cuáles se habían dejado en el tintero; del enorme y desagradable retraso; de la incapacidad manifiesta del ingeniero de sonido en la primera mitad del espectáculo; que si son fieles al material grabado, etc... todo esto me hastía. Es un gran grupo y fue un concierto aceptable. Y no voy a escribir un post para decirlo...
Quizás en otro momento me de por escribir una crítica al uso sobre un disco, un concierto o una película. Mientras tanto, avisaré cuando en algún post reviente argumentos y no me encerraré en la promoción gratuita.
Gracias a esta entrada el atasco habrá desaparecido. Se han ido por el desagüe mis ideas sobre los temas que quería tratar sin tener que hablar directamente de ellos. Lo que si que afirmo sin lugar a dudas y no podía quedar sin decirlo es que la última película de Scorsese es una porquería sólo por el insulto a todos aquellos que la ven en sus últimos segundos, cuando todo estaba resuelto y no quedaba por decir nada más. Señoras y señores: Scorsese cree que la gente que ve sus películas es idiota. Ya le pasó a Ridley Scott en Gladiator, cuando pensó que el hombre del siglo XXI no está preparado para ambigüedades y metáforas.

21.10.06

Concierto de El Columpio Asesino


Esta noche toca en Murcia uno de mis grupos españoles preferidos: El columpio asesino; en Madrid fui a verlos hace unos meses, pero por causas ajenas a mi voluntad me perdí la segunda mitad del concierto. Hoy espero poder verlos con tranquilidad. Os gustarán si os gustan los Pixies más díscolos o si tenéis algún tipo de desorden emocional tendente a la histeria. Nos vemos allí.
Lugar: Doce & Medio.
Hora: No me queda claro, hay versiones contradictorias, pero parece ser que sobre las once de la noche.
Precio: 10 euros.

20.10.06

Pregunta

¿Por qué en películas y libros los nombres de grupos musicales siempre son inverosímiles? El último visto: New Rider Blues en Sábado de Ian McEwan.

El laberinto del Fauno. Gran fiasco

Guillermo Del Toro es un director correcto. He disfrutado bastante de algunas de sus películas, pero siempre desde mi yo cinéfago, que no cinéfilo: Blade II (su mejor película, pese a aquellos que pretenden convertir a Del Toro en un autor de cine "serio"), la correcta Mimic e incluso Cronos, aunque a ratos muy aburrida. Su primer gran tropezón fue precisamente El espinazo del Diablo, puro tedio sensiblero disfrazado de historia de fantasmas con contenido social. Un auténtico bodrio. No diré que El Laberinto del Fauno llegue a esos extremos, pero se queda cerca. Si algo me ha llamado la atención es la notable recepción que ha tenido para crítica y público esta película: no lo entiendo; desde el punto de vista de la crítica, creo que es una mala película, y desde el punto de vista del público, es argumentalmente pesada y va dando tumbos durante todo su metraje. No creo necesario repetir la sinopsis, que ya todas las promociones nos han saturado con él, así que iré directo al grano. Lo que aparece a continuación es una conversación que mantuvieron mis dos personalidades al salir del cine: Cinéfago y el Cinéfilo; aunque el primero es más potente y sabio, el segundo tiene su corazoncito.

Cinéfilo: vaya mierda de película que me has traído a ver.
Cinéfago: yo creía que eras tú el que quería verla... como Del Toro se supone que es un buen director...
Cinéfilo: Correctillo nada más... y la historia no prometía demasiado.
Cinéfago: Eso digo yo, no prometía nada... Guerracivilismo... no existe nada en este mundo que prometa mayor aburrimiento que una película sobre la guerra civil...
Cinéfilo: Bueno, es un tema potencialmente interesante, pero que casi nunca, creo recordar, ha dado sus frutos.
Cinéfago: el cine español es una mierda.
Cinéfilo: Casi todo el cine español es una mierda.
Cinéfago: de todas, formas, creo que esta película no es española...
Cinéfilo: Si, y eso permite que esté bien contada, que tenga ritmo y que algunos actores penosos hagan por primera vez en su vida unos papeles medio aceptables (aunque el acento de Maribel Verdú se las trae).
Cinéfago: Resulta complicado eso de mantener el ritmo en una película que te cuenta dos historias distintas que no tienen nada que ver una con la otra. Conforme iba pasando el tiempo cada vez tenía menos esperanzas de que las dos facetas fuesen a confluir en una sola. Si algo pido, además de entretenerme, ya lo sabes, es una cierta lógica interna.
Cinéfilo: Ya, es una película con un argumento absurdo y simplón: los de derechas malos malísimos, los de izquierdas buenos buenísimos, y nada que aprender excepto lo archisabido. Por supuesto, un malo malote, el único personaje bien definido y aún así tópico donde los haya.
Cinéfago: Y la parte fantástica no es un buen cuento, carece de sentido, de metáforas, de todo... y es aburrido, y más con una niña que se supone que es actriz pero que solo pasea su edad del pavo a lo largo de todo el rodaje...
Cinéfilo: para desastre en ese sentido Ariadna Gil. ¿Había alguien en el cine que no deseaba que muriese para no tener que seguir oyendo esa voz hiperafectada? Ha sido todo un trauma...
Cinéfago: He salido del cine con la sensación de que me habían timado: en los trailers y promociones se le ha dado una importancia al aspecto onírico de la película que realmente no tiene.
Cinéfilo: Si, ya nos pasó con Superman o con Alatriste. Con esa estrategia lo único que consiguen es que la gente desconfie absolutamente de las promociones. No digo que no tengan que intentar venderte un bodrio como una gran película, pero tratar de colarte un churrito así como peli fantástica o de autor...

A PARTIR DE AQUÍ EL TEXTO CONTIENE SPOILERS; SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA Y QUIERES VERLA, NO SIGAS LEYENDO

Cinéfago: De todas formas la película se podría salvar por sus cualidades técnicas si no fuese porque provoca una constante irritación.
Cinéfilo: Si, las debilidades del argumento son, a ratos, totalmente patéticas.
Cinéfago: Principalmente la cuestión del antibiótico.
Cinéfilo: Sí, el malo identifica que la ampolla del medicamento ha sido proporcionada a los rebeldes por el médico traidor cuando ve una ampolla exactamente igual en su maletín. Lo curioso es que la ampolla no tenía ningún rasgo distintivo, y que parece que el número de médicos en la zona es igual a uno, por lo que, o bien debería haberlo descubierto desde el principio o bien no haberlo descubierto nunca.
Cinéfago: Si, el climax de la revelación es muy cutre, sobre todo por su conclusión, que roza lo risible: ¿por qué Maribel Verdú no mata al malo malote cuando lo tiene a su merced?
Cinéfilo: Porque si lo mata acaba la película. Aún así, con lo que le hace, ese señor debería quedar muy maltrecho, y no dolorido y un tanto molesto, como se nos hace ver...
Cinéfago: de todas formas eso no es lo peor de la película. La señora que había sentada a mi lado se ha enfadado porque me partía de risa con la historia del candado; no podía evitarlo: los rebeldes atacan el molino a lo bestia y en lugar de abrir el candado con métodos expeditivos lo abren con la llave. ¿No era absolutamente evidente que se descubriría que Maribel estaba en el ajo?
Cinéfilo: De todas formas la habrían descubierto por su fea costumbre de coger las cartas escondidas bajo el suelo sin cerrar la puerta del cuarto y siempre de espaldas a un posible mirón... Ese recurso de suspense era facilón y antinatural: la puerta en lo alto, en penumbra, tras el rostro asustado de Maribel...
Cinéfago: Oye, ¿por qué la niña pinta la puerta en el techo para escapar del ogro? Casi la pilla.
Cinéfilo: No lo sé, no he logrado entender eso. No me ha dado tiempo a verlo bien, quizás no había espacio para pintarla en otro sitio. ¿no odiaste a la niña cuando se comió la uva pese a que estaba prohibido? Es un simulacro cutre de los cuentos tradicionales. Cuando se incumplen las normas es porque todo parece indicar que esas normas son arbitrarias y estúpidas. Aquí con los dibujos del ogro canibal en las paredes, las hadas dando el por saco, y el monstruo monstruoso, quedaba bastante claro que lo de no coger comida iba en serio.
Cinéfago: Ya, pero es que estaba claro que la niña era tonta perdida.
Cinéfilo: ya te digo. Bueno, un dinerín tirado a la basura. ¿Qué vemos la semana que viene?
Cinéfago: la Dalia Negra creo que nos podrá hacer felices a los dos... Aunque sigo insistiendo en que quiero ver Serpientes en el avión.
Cinéfilo: Quita hombre, quita...

9.10.06

Dardo y nieve. Nacho Vegas y Will Oldham


Llegué a mis gustos actuales por una vía bastante indeseable. En mi preadolescencia convivían en mi discoteca Pet shop boys con Halloween, y más tarde me flipaban los Doors y los Héroes del Silencio (No me hagáis daño). No empezaron a gustarme los Smiths hasta que cumplí los diecinueve, y de allí hasta aquí. El empezar a oír música pop e independiente (o las dos cosas) me hizo aborrecer a las leyendas negras del rock como Jim Morrison, y despreciar a pedantes williamblakescos como Bunbury. Con el paso del tiempo esa manía se atemperó, empecé a disfrutar de nuevo de los Doors (qué grande LA woman) e incluso de vez en cuando oía canciones de los Héroes del Silencio en las que, si obviaba la letra, conseguía disfrutar bastante, y no sólo desde el recuerdo de días en los que era más guapo y me movía más rápido. Aún así, mi máxima a ese respecto era la precaución. Por ello me sorprendió que me gustase el primer disco de Nacho Vegas. De hecho no me gustó, me golpeó con oleadas de pavor, y empecé a pensar que podría volver a ese estado de atormentado existencial con exceso de hormonas. Canciones como "Al norte del norte", "El callejón" o "El ángel Simón" me dejaban encantado y postrado en una nube grumosa de la que cada vez tardaba más en levantarme, efecto similar al que me produjo años antes una pequeña obra de Palace songs, Hope. Pero en el caso de Palace, las letras eran letras de verdad, no composiciones con mensajes directos y comprensibles. Digamos que Hope era nieve y Nacho Vegas era un dardo envenenado. Cada vez que lo oía pensaba que no debía gustarme, que se movía peligrosamente en la frontera entre el cantautor español más rancio, la pedantería más absoluta y la genialidad de un poeta de esos que no son de verdad pero que cantan. Con todo esto, no dejaba de oírlo.
Cuando oí por primera vez "En la sed mortal" me dió más miedo todavía: canción excesivamente larga, cada vez más cerca de tonterías Bunburianas y literatura alucinógenas mal asimilada. Me encantó. Así que cuando apareció el disco, "Cajas de música difíciles de parar" me hice con él inmediatamente, y ahí se acabó para siempre mi romance con ese hermano Vegas, romance que comenzó con Diariu. Sus letras eran aburridas, repetitivas, tópicas... por no hablar de sus historias en modo trovador. Realmente insoportables. Creo que sólo conseguí oir el disco entero un par de veces (es larguísisimo), y sólo me gustaron "noches árticas", "Tu nuevo humidificador" (creo que esta porque se parecía a Los Planetas más asequibles) la mencionada "En la Sed Mortal" y, quizás, "Gan-bang". Lo he intentado con todo lo que ha venido después y cada vez me parecía peor. Del último disco apenas escuché un par de temas realmente horribles.
Cuando me enteré de sus negocios con Bunbury no me extrañaron en absoluto, ya que venían a confirmar lo que ya pensaba: este tipo había dejado Manta Ray y Diariu para acabar haciendo un disco con el esperpento del pseudoindie español. Hoy, oyendo "Dias extraños", fruto de esa colaboración, me parto de risa ante una letra vacía y tópica como la que más, una melodía ligeramente agradable y una duración difícil de soportar. Extravagancia sin salvación para este tipo. Una de mis grandes decepciones. Mientras él ha seguido digievolucionando, yo me he quedado en aquel callejón, fumando un Lucky a medias con el Nacho de Vegas de antes, pensando en otro mundo posible en el que este personaje perdido hubiese seguido haciendo de las suyas durante muchos años.

5.10.06

Querido mitómano

Ante las críticas recibidas por mis insultos a los Beatles y a un debilitado Bob Dylan quejica y llorón, hoy dedicaré mi escaso tiempo al mitómano.
Existen dos tipos de mitómanos: los sexuales y los intelectuales. Dentro de esas dos categorías hay infinidad de subgrupos, que no entraré a detallar.
El grupo de los m. sexuales tiene unas señales de identidad claras: cierta propensión a la histeria, en el caso de los hombres erección fácil, y desinterés total acerca del valor cultural o intelectual de sus adorados seres. Estos mitómanos sólo existen en los ámbitos del cine y la televisión, incluyéndose en esta última a triunfitos y abortos por el estilo. Al primer acorde de sus ídolos, ante la primera aparición de un asomo de escote, de músculo o de gorgorito, entran en profundo trance animal y ya no actúan como seres humanos. La capacidad de valorar criticamente las actuaciones, declaraciones o aspecto físico de sus ídolos es practicamente nula.
Sin embargo, el grupo más interesante es el de los mitómanos intelectuales, entre otras cosas porque son incapaces de reconocer que lo son. Estos tienen un campo más amplio de estudio: literatura, música, cine, comics... y dedican sus desvelos a autores, no a intérpretes, como suele suceder en el primer caso. La mayoría son gafapastas retraidos, capaces de triunfar socialmente sólo en círculos gafapastas: hacen exégesis interminables incluso de la película o canción más simples y son incapaces de disfrutar de algo simplemente porque mola y, si lo hacen, dan razones como "lo cutre mola", "hay que relajarse de vez en cuando", etc. Muchos de ellos conocen a su ídolo por la wikipedia o el allmusic, se han aprendido sus discos y buscan la conexión intelectual con los mismos. También tienen muy pero que muy pensadas las razones por las que su héroe es mucho mejor que los héroes de otros.
El peor enemigo del mitómano es el que no argumenta. Por ejemplo, si yo en mi primer post digo que los Beatles son una mierda pero no digo por qué, el mitómano se pone nervioso. Él, que ha estado preparándose toda su vida para explicar porque son mejores que la Velvet o los Rolling se encuentra con alguien que simplemente piensa que son una mierda, que le aburren, le parecen cursis redomados y origen habitual de la mejor y la peor mierda pop de este planeta (aunque en España la mierda suele generarse via Morrisey). Ante tales argumentos el mitómano se pone nervioso porque no puede hablar de tal o cual canción: al otro le importa bien poco. No puede desplegar sus pestíferos conocimientos wikipédicos y se frustra. No se engañen, yo me enfado bastante cuando mi novia dice que Lambchop son una mierda. Pero les aseguro que, aunque quizás viajase cientos de kilómetros para verlos, tendría alguna razón añadida para hacerlo, y no iba a dejar de hacer otras cosas para hacerlo. Y sólo sé el nombre de su cantante, no controlo las múltiples formaciones que lo han compuesto y me importa bien poco la coartada intelectual del grupo. Aunque pueda estar hablando horas sobre sus canciones... les recomiendo, por cierto, su último disco, Damaged.
En definitiva, que cuando me meta con un grupo para ponerlo a parir no se pongan ustedes nerviosos como el de ahí abajo (comentario al post sobre dylan), argumenten, den datos y sean mitómanos cordiales.

21.9.06

Disfunción cultural la tuya.

En el interesante blog Gordo de mierda contraataca encontramos un enlace de un pedazo de ignorante, creo que norteamericano, donde desde un soberbio y repugnante etnocentrismo pretende acusar a los españoles de racismo o, al menos, de poca comprensión acerca del tema.
Aunque creo que las imágenes no son necesarias para la mayoría de nosotros que conocemos las marcas pondré aquí algunas; en definitiva trataremos de demostrar que el que es racista es él mismo.



Primer ejemplo: la marca Filipinos. Afirma que no se le puede poner a una comida el nombre de un grupo de personas. Yo no conozco el origen del nombre, pero yo creo que "filipinos" tiene más bien que ver con el origen de la receta o algo así. Creo que, al menos, ese es el primer mensaje que viene a mi mente. Jamás he pensado, hasta que he visto la página de este señor, que tuviese algo que ver con los filipinos (señores/as), que yo no les veo ningún parecido con el dulce en cuestión. "Alguien podría mosquearse" viene a decir. Yo, si fuese filipino, me mosquearía con su apreciación sobre esos dulces, señor.



Segundo ejemplo: el Cola Cao de toda la vida. Su imagen de los recolectores de cacao siempre me ha parecido hermosa, y me resulta muy curioso que tal cosa sea interpretada como un gesto ofensivo para cualquier etnia. No sé porque hemos de suponer las condiciones laborales de los elementos del dibujo con tan pocos datos... Quizás tenga mucho que ver con la tendencia del autor a ver una persona de color con ropas tradicionales y pensar inmediatamente que esa persona es esclava. Entonces el problema es suyo, claro, y no del dibujo.




Lo mismo ocurre con los conguitos "Little Congo boy" como se los traduce un amigo español que no debe ser muy listo. No me queda muy claro si lo que es ofensivo es que nos queramos comer a niños del Congo o que salga uno de ellos en la bolsa. Yo, que he sido aficionado a los conguitos toda mi vida jamás he pensado en una persona de color como un salvaje por la publicidad de esta empresa. Recuerdo la última campaña con esos conguitos yendose de fiesta y pasándolo en grande, asistiendo a eventos a los que yo nunca podré ir... Tampoco en ese momento pensé que debería matar a unos cuantos congoleños por resentimiento...



Y ya por último nos encontramos con esta foto, que usa para sorprenderse escandalizado de lo evidente y natural que es la cultura de la bebida en España, hasta el punto de ofrecer degustaciones en los supermercados. No sé si eso aún está permitido, pero si lo está, seguro que jamás se verá a ninguna encargada darle a probar la bebida a menores de edad, ni dejar que cualquier fulano se emborrache con su marca... En cualquier caso, es realmente hipócrita esa actitud. Amigos que han viajado a América del Norte siempre se han sorprendido de ver como los bares son para borrachos y fracasados pero luego chavales jovencísimos se ponen hasta las trancas de todo tipo de sustancias dia si y dia también. Lo importante no es lo que hagas o no hagas, lo importante es que no se entere nadie.

Y así llegamos a las conclusiones:
1º Esta persona debería haberse informado bien antes de hablar tan a la ligera de cuestiones tan importantes. Es, simple y llanamente, un ignorante bastante imprudente disfrazado de antropólogo.
2ºDesconoce los motivos creativos que llevan a determinadas marcas a mantener logotipos y diseños cuestionables desde lo políticamente correcto cuando esos símbolos han perdido su significado original y se han convertido simplemente en imagen de marca sin ningún otro significado.
3º Su ojo clínico al captar esas cuestiones dice bien poco respecto a su visión de las personas de color o acerca de un consumo responsable del alcohol.
4º Dobladores de Clerks II: si sustituyen "Porch Monkey" por "Esclavo de Mierda" la broma deja de tener sentido; sé que se encontraban ante todo un reto, pero podían haberse esforzado un poco más. En esa broma (una vez que sabemos lo que dice de verdad), vemos como este señor haría bien en escandalizarse de lo que ve... si lo viese en su país. Así, la incorrección política sería en su país, no aquí, y sólo parece darse cuenta tangencialmente de ello. De hecho sus constantes disculpas acerca de que él no es racista por haber pensado en ello, de que es la marca quien se lo ha puesto en bandeja son sumamente sospechosas; lo que viene a decir es: "yo he pensado al ver este envase de Cola Cao que todos los negros deberíais ser unos porch monkeys, pero no es culpa mía, sino del envase". Esta bien echarle la culpa a la empresa. Igual igual que cuando se acusa a una película de haber generado impulsos asesinos en un querubin que se pasa el día entero tirando al blanco. Fantástico.

20.9.06

Dylan está cansado

Siempre me han cansado un poco los mitos del pop y del rock. Si hay alguno que me caiga especialmente mal es Bob Dylan. Un tipo soberbio, aburrido y que nunca ha tenido demasiado que decir. Dylan afirmó recientemente que no oía música de hoy porque estaba mal hecha y no valía nada. Ayer escuché su nuevo disco durante unos minutos y creo que hay que tener un gran valor o una mala percepción de la realidad para decir tal estupidez presentando como aval tal porquería de novedad. Habla negativamente de la capacidad de innovación de la música de hoy en día desde una posición tan rancia y conservadora que el Dylan de hoy asquearía en todo al de ayer.
¡Qué viejo está! ¡Cómo pasa de todo excepto de ganar pasta rápida tocando canciones a modo de mal intérprete de su propia obra... acelero esta canción, ralentizo esta otra, y esta la destrozo directamente.
Mientras, los Rolling Stones, sin tanta tontería, editaron hace unos meses un disco de Rock'n roll solvente aunque conservador. Por eso, señor Dylan, déjese de tanta tonteria y, aunque no busque innovar ni cambiar nada, dedíquese a componer canciones que le permitan llevar su vejez con una mínima dignidad.

11.9.06

Alatriste

Dos entradas, dos, y las dos para poner a parir. Pero es que aunque he visto cosas interesantes este verano en nuestras pantallas, no creo que pueda dormir ni escribir tranquilo hasta que no haya vertido sobre el papel digital el asco que me produjo el ver Alatriste. Un señor sindrogámico y yo fuimos en los últimos estertores del verano a ver tal infamia. Mi crítica coincide en gran parte con la suya, así que trataré de no ser demasiado repetitivo. Sólo diré que el cine español parece no tener solución ni a golpe de subvención ni sin ella, y que lo mínimo que se le podría pedir a una película tan promocionada y pseudolaureada por críticos vendidos es que tuviese un argumento; no un argumento decente: me hubiese bastado con un argumento. El señor Mortensen (que aunque no lo haga muy bien tiene tanto porte que hasta con su acento arrastrado -Exccellllenssssia- me mola) se dedica a pasear su atractiva figura durante toda la película bamboleado por circunstancias desconocidas, por conspiraciones que surgen no se sabe muy bien cómo ni por qué, siendo molestado incansablemente por un señor vestido de negro que a veces lleva parche en el ojo y a veces no y que se dedica a aparecer como un matón de colegio para decir "te espero a la salida" una vez tras otra, hasta que le toca, porque sí, ponerse a ello.
¿Quién es el jefe de los malos? ¿Quién es la mente en la sombra? ¿Por qué hacen lo que hacen? No sé si aquellos que hayan leido los libros de Pérez Reverte lo tendrán más claro. Yo desde luego ya sufrí bastante leyendo el club Dumas, y no me apetece flagelarme a mí mismo leyendo a ese pedante de nuevo para comprender una película así.
Los dos peores momentos de la película: la lucha con el señor de negro en el barco, en la cual no se ven las espadas y por tanto no sabemos por qué los protagonistas del duelo ponen los caretos que ponen en cada momento, y sobre todo la batalla final, con insoportable música procesional, ausencia total de espectacularidad -no sustituida por verosimilitud- y primeros planos de Mortensen que consiguen que empiece a desear que un señor, tan atractivo en la pantalla a priori, desaparezca rapidamente de mi mente.
Pero lo mejor de todo es el artículo del pedante cartagenero diciendo que la película es cojonuda. Yo, sinceramente, creo que ese señor no ha visto tantas películas de aventuras como dice haber visto, o no las ha entendido, porque la película que vi a continuación en el programa doble de cine de verano (El próximo oriente) tenía más que ver con el género de aventuras que esta bazofia con malos actores, mal guión, mala iluminación y pésimo ritmo cinematográfico.

23.6.06

Los beatles son una mierda

Pues sí, empiezo mi andadura en este nuevo blog afirmando acríticamente y sin ningún argumento válido, que los beatles son una mierda. He dicho.