13.11.09

Hereje


El señor Camino ha hablado. Y ha dicho muchas tonterías, como es habitual. Esta vez ha generado polémica, al afirmar que entre sus filas hay muchos herejes sueltos, y que toca una ronda de excomunión. Pero por una vez tendremos que dar la razón a esta gente. Porque ha hablado de los suyos, y sólo de los suyos. Por una vez no nos ha dicho donde tenemos que introducir nuestro pene o lo que tenemos que hacer con nuestros espermatozoides a aquellos que pasamos de su salvador.
¿Por qué se ha levantado la voz ahora precisamente? Porque hay muchas personas, demasiadas, que identifican un leve miedo a la muerte con la religión mayoritaria en nuestro país. Miles, quizás millones, se consideran a sí mismos católicos y no lo son. No lo son porque usan condones, se tiran a la mujer del vecino -o al marido, o cualquier combinación posible- y cuando se casan tienen en mente el bodorrio y el banquete y no las responsabilidades de un matrimonio católico. No lo son porque mantienen con sus impuestos y sus afirmaciones una jerarquía caduca que permanentemente pretende invadir con sus dogmas morales en la vida privada y pública de los demás, mientras les dejen en paz y sus jefazos no les insulten a la primera de cambio.
Toda esta gente lo tiene fácil: dejen de creer que son católicos, y así no se darán por aludidos cuando el señor Camino pretende excomulgarles por aquel pecado de juventud. Y así, si realmente todos aquellos que se pasan el dogma por el forro y luego van de católicos por la vida abandonasen públicamente su falsa fe, no quedaría en nuestro país más que un puñado de extremistas de mal humor y un negocio en quiebra.

3.11.09

La sabiduría de Scorsese


Siempre pensamos que alguien que se dedica a alguna disciplina artística y lo hace muy bien, también ha de ser un gran receptor de la misma. El buen director de cine, por tanto, ha de tener muy buen gusto a la hora de elegir sus películas preferidas. Y si ese director además nos gusta, nos horrorizamos al ver que no compartimos sus intereses en absoluto.
Pero lo de Scorsese y el cine de terror es realmente desagradable, aunque no por ello menos esperado. Un artesano impostado como él, que aún vive de éxitos del pasado mezclados con algún brillo ocasional, no podía, por supuesto, dejarse llevar por la víscera o por algún planteamiento original. Así, en su ranking de pelis de miedo se deja llevar por los clásicos -¿por qué a todo el mundo le gusta 'El exorcista'?- y por películas antiguas, irrelevantes como canon y como instrumentos de noches en vela y estómagos revueltos. Ya, el terror es mucho más que eso. Y mucho menos. Y Scorsese debería darse una vuelta por Sitges y dejar de comprar todo cine que esté hecho en blanco y negro. El hombre se nos muestra en este ranking más anciano que nunca, y con el poderoso síndrome del genio y el político: vivir en una cueva, no conocer el blockbuster de turno y dejarse adular por toda la gente que necesita que su director preferido sea alguien tan venerable como este abuelo.