En el interesante blog Gordo de mierda contraataca encontramos un enlace de un pedazo de ignorante, creo que norteamericano, donde desde un soberbio y repugnante etnocentrismo pretende acusar a los españoles de racismo o, al menos, de poca comprensión acerca del tema.
Aunque creo que las imágenes no son necesarias para la mayoría de nosotros que conocemos las marcas pondré aquí algunas; en definitiva trataremos de demostrar que el que es racista es él mismo.
Primer ejemplo: la marca Filipinos. Afirma que no se le puede poner a una comida el nombre de un grupo de personas. Yo no conozco el origen del nombre, pero yo creo que "filipinos" tiene más bien que ver con el origen de la receta o algo así. Creo que, al menos, ese es el primer mensaje que viene a mi mente. Jamás he pensado, hasta que he visto la página de este señor, que tuviese algo que ver con los filipinos (señores/as), que yo no les veo ningún parecido con el dulce en cuestión. "Alguien podría mosquearse" viene a decir. Yo, si fuese filipino, me mosquearía con su apreciación sobre esos dulces, señor.
Segundo ejemplo: el Cola Cao de toda la vida. Su imagen de los recolectores de cacao siempre me ha parecido hermosa, y me resulta muy curioso que tal cosa sea interpretada como un gesto ofensivo para cualquier etnia. No sé porque hemos de suponer las condiciones laborales de los elementos del dibujo con tan pocos datos... Quizás tenga mucho que ver con la tendencia del autor a ver una persona de color con ropas tradicionales y pensar inmediatamente que esa persona es esclava. Entonces el problema es suyo, claro, y no del dibujo.
Lo mismo ocurre con los conguitos "Little Congo boy" como se los traduce un amigo español que no debe ser muy listo. No me queda muy claro si lo que es ofensivo es que nos queramos comer a niños del Congo o que salga uno de ellos en la bolsa. Yo, que he sido aficionado a los conguitos toda mi vida jamás he pensado en una persona de color como un salvaje por la publicidad de esta empresa. Recuerdo la última campaña con esos conguitos yendose de fiesta y pasándolo en grande, asistiendo a eventos a los que yo nunca podré ir... Tampoco en ese momento pensé que debería matar a unos cuantos congoleños por resentimiento...
Y ya por último nos encontramos con esta foto, que usa para sorprenderse escandalizado de lo evidente y natural que es la cultura de la bebida en España, hasta el punto de ofrecer degustaciones en los supermercados. No sé si eso aún está permitido, pero si lo está, seguro que jamás se verá a ninguna encargada darle a probar la bebida a menores de edad, ni dejar que cualquier fulano se emborrache con su marca... En cualquier caso, es realmente hipócrita esa actitud. Amigos que han viajado a América del Norte siempre se han sorprendido de ver como los bares son para borrachos y fracasados pero luego chavales jovencísimos se ponen hasta las trancas de todo tipo de sustancias dia si y dia también. Lo importante no es lo que hagas o no hagas, lo importante es que no se entere nadie.
Y así llegamos a las conclusiones:
1º Esta persona debería haberse informado bien antes de hablar tan a la ligera de cuestiones tan importantes. Es, simple y llanamente, un ignorante bastante imprudente disfrazado de antropólogo.
2ºDesconoce los motivos creativos que llevan a determinadas marcas a mantener logotipos y diseños cuestionables desde lo políticamente correcto cuando esos símbolos han perdido su significado original y se han convertido simplemente en imagen de marca sin ningún otro significado.
3º Su ojo clínico al captar esas cuestiones dice bien poco respecto a su visión de las personas de color o acerca de un consumo responsable del alcohol.
4º Dobladores de Clerks II: si sustituyen "Porch Monkey" por "Esclavo de Mierda" la broma deja de tener sentido; sé que se encontraban ante todo un reto, pero podían haberse esforzado un poco más. En esa broma (una vez que sabemos lo que dice de verdad), vemos como este señor haría bien en escandalizarse de lo que ve... si lo viese en su país. Así, la incorrección política sería en su país, no aquí, y sólo parece darse cuenta tangencialmente de ello. De hecho sus constantes disculpas acerca de que él no es racista por haber pensado en ello, de que es la marca quien se lo ha puesto en bandeja son sumamente sospechosas; lo que viene a decir es: "yo he pensado al ver este envase de Cola Cao que todos los negros deberíais ser unos porch monkeys, pero no es culpa mía, sino del envase". Esta bien echarle la culpa a la empresa. Igual igual que cuando se acusa a una película de haber generado impulsos asesinos en un querubin que se pasa el día entero tirando al blanco. Fantástico.
Aunque creo que las imágenes no son necesarias para la mayoría de nosotros que conocemos las marcas pondré aquí algunas; en definitiva trataremos de demostrar que el que es racista es él mismo.
Primer ejemplo: la marca Filipinos. Afirma que no se le puede poner a una comida el nombre de un grupo de personas. Yo no conozco el origen del nombre, pero yo creo que "filipinos" tiene más bien que ver con el origen de la receta o algo así. Creo que, al menos, ese es el primer mensaje que viene a mi mente. Jamás he pensado, hasta que he visto la página de este señor, que tuviese algo que ver con los filipinos (señores/as), que yo no les veo ningún parecido con el dulce en cuestión. "Alguien podría mosquearse" viene a decir. Yo, si fuese filipino, me mosquearía con su apreciación sobre esos dulces, señor.
Segundo ejemplo: el Cola Cao de toda la vida. Su imagen de los recolectores de cacao siempre me ha parecido hermosa, y me resulta muy curioso que tal cosa sea interpretada como un gesto ofensivo para cualquier etnia. No sé porque hemos de suponer las condiciones laborales de los elementos del dibujo con tan pocos datos... Quizás tenga mucho que ver con la tendencia del autor a ver una persona de color con ropas tradicionales y pensar inmediatamente que esa persona es esclava. Entonces el problema es suyo, claro, y no del dibujo.
Lo mismo ocurre con los conguitos "Little Congo boy" como se los traduce un amigo español que no debe ser muy listo. No me queda muy claro si lo que es ofensivo es que nos queramos comer a niños del Congo o que salga uno de ellos en la bolsa. Yo, que he sido aficionado a los conguitos toda mi vida jamás he pensado en una persona de color como un salvaje por la publicidad de esta empresa. Recuerdo la última campaña con esos conguitos yendose de fiesta y pasándolo en grande, asistiendo a eventos a los que yo nunca podré ir... Tampoco en ese momento pensé que debería matar a unos cuantos congoleños por resentimiento...
Y ya por último nos encontramos con esta foto, que usa para sorprenderse escandalizado de lo evidente y natural que es la cultura de la bebida en España, hasta el punto de ofrecer degustaciones en los supermercados. No sé si eso aún está permitido, pero si lo está, seguro que jamás se verá a ninguna encargada darle a probar la bebida a menores de edad, ni dejar que cualquier fulano se emborrache con su marca... En cualquier caso, es realmente hipócrita esa actitud. Amigos que han viajado a América del Norte siempre se han sorprendido de ver como los bares son para borrachos y fracasados pero luego chavales jovencísimos se ponen hasta las trancas de todo tipo de sustancias dia si y dia también. Lo importante no es lo que hagas o no hagas, lo importante es que no se entere nadie.
Y así llegamos a las conclusiones:
1º Esta persona debería haberse informado bien antes de hablar tan a la ligera de cuestiones tan importantes. Es, simple y llanamente, un ignorante bastante imprudente disfrazado de antropólogo.
2ºDesconoce los motivos creativos que llevan a determinadas marcas a mantener logotipos y diseños cuestionables desde lo políticamente correcto cuando esos símbolos han perdido su significado original y se han convertido simplemente en imagen de marca sin ningún otro significado.
3º Su ojo clínico al captar esas cuestiones dice bien poco respecto a su visión de las personas de color o acerca de un consumo responsable del alcohol.
4º Dobladores de Clerks II: si sustituyen "Porch Monkey" por "Esclavo de Mierda" la broma deja de tener sentido; sé que se encontraban ante todo un reto, pero podían haberse esforzado un poco más. En esa broma (una vez que sabemos lo que dice de verdad), vemos como este señor haría bien en escandalizarse de lo que ve... si lo viese en su país. Así, la incorrección política sería en su país, no aquí, y sólo parece darse cuenta tangencialmente de ello. De hecho sus constantes disculpas acerca de que él no es racista por haber pensado en ello, de que es la marca quien se lo ha puesto en bandeja son sumamente sospechosas; lo que viene a decir es: "yo he pensado al ver este envase de Cola Cao que todos los negros deberíais ser unos porch monkeys, pero no es culpa mía, sino del envase". Esta bien echarle la culpa a la empresa. Igual igual que cuando se acusa a una película de haber generado impulsos asesinos en un querubin que se pasa el día entero tirando al blanco. Fantástico.