18.3.08

Huérfanos

A estas alturas tiene poco sentido que hable de El Orfanato, cuando todo el mundo la ha visto e incluso algunos -o afortunados-, la han olvidado. No tenía demasiado interés en verla porque no soporto a Belén Rueda y la inmensa mayoría del cine español me parece abominable. Me topé con ella casi sin querer y me puse a ello.
Hay poco que decir, salvo que Belén Rueda tiene problemas con su imagen -se está transformando en Ana Obregón-, y que la película ha sido considerada culpable de los problemas habituales del cine español: malos actores, mal desarrollo, problemas de narración, etc. Es especialmente cursi, no da nada de miedo excepto por el logrado maquillaje y vestuario y el final, aunque motiva porque sorprende -aunque creo que me recuerda muchísimo a algo enterrado en mis recuerdos de infancia-, al rato resulta también de risa.
No pasa nada, no es de lo peor que he visto este año pero, ¿por qué ha recibido ese abrazo de crítica y público? ¿Por qué Guillermo del Toro no se lo hace mirar?

6 comentarios:

Sergio dijo...

Pues porque había que proteger la inversión.

Faro Rojo dijo...

Proctección cultural si!
pero buenas peliculas como las de I. Lacuesta.....El Orfanato es una pésima versión de "Suspense" de Jack Clayton.

Anónimo dijo...

La verdad es que el cine español no pasa por un buen momento. De todas formas, a mi modo de ver, el horfanato se deja ver comparado con otras del último año. No me desagradó demasiado, aunque tampoco es para tirar cohetes. Aprobadita y confiemos en que cambien las tornas..
Un saludo!

re dijo...

Cierto, Belén Rueda va camino de ser la nueva Ana Obregón. La peli no me pareció gran cosa aunque sí pasé bastante miedo, pero algunos capítulos de Vaca y Pollo también me dan miedo así que creo que no soy mu objetivo.

Fliper dijo...

A mí también me daban miedo vaca y pollo. La película da miedo en algunos momentos, pero usa para provocarlo recursos explotados mil veces. Lo cual no importaría si el resto no fuese un churro.

Rfa. dijo...

Creo que a la crítica le ha gustado la película porque es de terror sin ser de terror. O sea, que si quieres hacer una película de terror que pase por seria, tienes que ambientarla en el siglo XIX (o, en su defecto, hacer que todo resulte muy decimonónico). El miedo, si va vestido de largo y ocurre en grandes caserones, tiene más dignidad.
También sería interesante meditar sobre el efecto Los Otros...