Guillermo Del Toro es un director correcto. He disfrutado bastante de algunas de sus películas, pero siempre desde mi yo cinéfago, que no cinéfilo: Blade II (su mejor película, pese a aquellos que pretenden convertir a Del Toro en un autor de cine "serio"), la correcta Mimic e incluso Cronos, aunque a ratos muy aburrida. Su primer gran tropezón fue precisamente El espinazo del Diablo, puro tedio sensiblero disfrazado de historia de fantasmas con contenido social. Un auténtico bodrio. No diré que El Laberinto del Fauno llegue a esos extremos, pero se queda cerca. Si algo me ha llamado la atención es la notable recepción que ha tenido para crítica y público esta película: no lo entiendo; desde el punto de vista de la crítica, creo que es una mala película, y desde el punto de vista del público, es argumentalmente pesada y va dando tumbos durante todo su metraje. No creo necesario repetir la sinopsis, que ya todas las promociones nos han saturado con él, así que iré directo al grano. Lo que aparece a continuación es una conversación que mantuvieron mis dos personalidades al salir del cine: Cinéfago y el Cinéfilo; aunque el primero es más potente y sabio, el segundo tiene su corazoncito.
Cinéfilo: vaya mierda de película que me has traído a ver.
Cinéfago: yo creía que eras tú el que quería verla... como Del Toro se supone que es un buen director...
Cinéfilo: Correctillo nada más... y la historia no prometía demasiado.
Cinéfago: Eso digo yo, no prometía nada... Guerracivilismo... no existe nada en este mundo que prometa mayor aburrimiento que una película sobre la guerra civil...
Cinéfilo: Bueno, es un tema potencialmente interesante, pero que casi nunca, creo recordar, ha dado sus frutos.
Cinéfago: el cine español es una mierda.
Cinéfilo: Casi todo el cine español es una mierda.
Cinéfago: de todas, formas, creo que esta película no es española...
Cinéfilo: Si, y eso permite que esté bien contada, que tenga ritmo y que algunos actores penosos hagan por primera vez en su vida unos papeles medio aceptables (aunque el acento de Maribel Verdú se las trae).
Cinéfago: Resulta complicado eso de mantener el ritmo en una película que te cuenta dos historias distintas que no tienen nada que ver una con la otra. Conforme iba pasando el tiempo cada vez tenía menos esperanzas de que las dos facetas fuesen a confluir en una sola. Si algo pido, además de entretenerme, ya lo sabes, es una cierta lógica interna.
Cinéfilo: Ya, es una película con un argumento absurdo y simplón: los de derechas malos malísimos, los de izquierdas buenos buenísimos, y nada que aprender excepto lo archisabido. Por supuesto, un malo malote, el único personaje bien definido y aún así tópico donde los haya.
Cinéfago: Y la parte fantástica no es un buen cuento, carece de sentido, de metáforas, de todo... y es aburrido, y más con una niña que se supone que es actriz pero que solo pasea su edad del pavo a lo largo de todo el rodaje...
Cinéfilo: para desastre en ese sentido Ariadna Gil. ¿Había alguien en el cine que no deseaba que muriese para no tener que seguir oyendo esa voz hiperafectada? Ha sido todo un trauma...
Cinéfago: He salido del cine con la sensación de que me habían timado: en los trailers y promociones se le ha dado una importancia al aspecto onírico de la película que realmente no tiene.
Cinéfilo: Si, ya nos pasó con Superman o con Alatriste. Con esa estrategia lo único que consiguen es que la gente desconfie absolutamente de las promociones. No digo que no tengan que intentar venderte un bodrio como una gran película, pero tratar de colarte un churrito así como peli fantástica o de autor...
A PARTIR DE AQUÍ EL TEXTO CONTIENE SPOILERS; SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA Y QUIERES VERLA, NO SIGAS LEYENDO
Cinéfago: De todas formas la película se podría salvar por sus cualidades técnicas si no fuese porque provoca una constante irritación.
Cinéfilo: Si, las debilidades del argumento son, a ratos, totalmente patéticas.
Cinéfago: Principalmente la cuestión del antibiótico.
Cinéfilo: Sí, el malo identifica que la ampolla del medicamento ha sido proporcionada a los rebeldes por el médico traidor cuando ve una ampolla exactamente igual en su maletín. Lo curioso es que la ampolla no tenía ningún rasgo distintivo, y que parece que el número de médicos en la zona es igual a uno, por lo que, o bien debería haberlo descubierto desde el principio o bien no haberlo descubierto nunca.
Cinéfago: Si, el climax de la revelación es muy cutre, sobre todo por su conclusión, que roza lo risible: ¿por qué Maribel Verdú no mata al malo malote cuando lo tiene a su merced?
Cinéfilo: Porque si lo mata acaba la película. Aún así, con lo que le hace, ese señor debería quedar muy maltrecho, y no dolorido y un tanto molesto, como se nos hace ver...
Cinéfago: de todas formas eso no es lo peor de la película. La señora que había sentada a mi lado se ha enfadado porque me partía de risa con la historia del candado; no podía evitarlo: los rebeldes atacan el molino a lo bestia y en lugar de abrir el candado con métodos expeditivos lo abren con la llave. ¿No era absolutamente evidente que se descubriría que Maribel estaba en el ajo?
Cinéfilo: De todas formas la habrían descubierto por su fea costumbre de coger las cartas escondidas bajo el suelo sin cerrar la puerta del cuarto y siempre de espaldas a un posible mirón... Ese recurso de suspense era facilón y antinatural: la puerta en lo alto, en penumbra, tras el rostro asustado de Maribel...
Cinéfago: Oye, ¿por qué la niña pinta la puerta en el techo para escapar del ogro? Casi la pilla.
Cinéfilo: No lo sé, no he logrado entender eso. No me ha dado tiempo a verlo bien, quizás no había espacio para pintarla en otro sitio. ¿no odiaste a la niña cuando se comió la uva pese a que estaba prohibido? Es un simulacro cutre de los cuentos tradicionales. Cuando se incumplen las normas es porque todo parece indicar que esas normas son arbitrarias y estúpidas. Aquí con los dibujos del ogro canibal en las paredes, las hadas dando el por saco, y el monstruo monstruoso, quedaba bastante claro que lo de no coger comida iba en serio.
Cinéfago: Ya, pero es que estaba claro que la niña era tonta perdida.
Cinéfilo: ya te digo. Bueno, un dinerín tirado a la basura. ¿Qué vemos la semana que viene?
Cinéfago: la Dalia Negra creo que nos podrá hacer felices a los dos... Aunque sigo insistiendo en que quiero ver Serpientes en el avión.
Cinéfilo: Quita hombre, quita...