13.11.09

Hereje


El señor Camino ha hablado. Y ha dicho muchas tonterías, como es habitual. Esta vez ha generado polémica, al afirmar que entre sus filas hay muchos herejes sueltos, y que toca una ronda de excomunión. Pero por una vez tendremos que dar la razón a esta gente. Porque ha hablado de los suyos, y sólo de los suyos. Por una vez no nos ha dicho donde tenemos que introducir nuestro pene o lo que tenemos que hacer con nuestros espermatozoides a aquellos que pasamos de su salvador.
¿Por qué se ha levantado la voz ahora precisamente? Porque hay muchas personas, demasiadas, que identifican un leve miedo a la muerte con la religión mayoritaria en nuestro país. Miles, quizás millones, se consideran a sí mismos católicos y no lo son. No lo son porque usan condones, se tiran a la mujer del vecino -o al marido, o cualquier combinación posible- y cuando se casan tienen en mente el bodorrio y el banquete y no las responsabilidades de un matrimonio católico. No lo son porque mantienen con sus impuestos y sus afirmaciones una jerarquía caduca que permanentemente pretende invadir con sus dogmas morales en la vida privada y pública de los demás, mientras les dejen en paz y sus jefazos no les insulten a la primera de cambio.
Toda esta gente lo tiene fácil: dejen de creer que son católicos, y así no se darán por aludidos cuando el señor Camino pretende excomulgarles por aquel pecado de juventud. Y así, si realmente todos aquellos que se pasan el dogma por el forro y luego van de católicos por la vida abandonasen públicamente su falsa fe, no quedaría en nuestro país más que un puñado de extremistas de mal humor y un negocio en quiebra.

2 comentarios:

redondeado dijo...

Amén.

Digoooo, no, amén no. ¿En qué estaría yo pensando? Lo que quería decir es que me encanta cómo lo has redactado.

Desgraciadamente, la gente seguirá viviendo de las apariencias (es más fácil que afrontar la realidad) y ellos seguirán viviendo de esa gente. No tendremos la suerte de ver a la iglesia en quiebra. Y no es que yo quiera eso, porque la iglesia bien entendida podría actuar como una ONG global, o algo así. Me contentaría con que al menos predicasen con el ejemplo, pero tampoco.

Por otra parte, no se puede excomulgar a quien no comulga desde que lo bautizaron, único momento en el que pasó por los trámites de la iglesia al no tener facultad para elegir. Pero tampoco tendremos la suerte de que lo hagan, porque perderían millones de adeptos. Todo seguirá igual, salvo que todos estaremos cada vez más cabreados y enfrentados.

Rfa. dijo...

Hay otra manera de ser católico, o cristiano, que tiene que ver más con las tradiciones y los adornos que con la fe. Una cultura estética, heredada, donde Dios no existe, sino que sólo se representa. Yo me considero católico en ese sentido porque cuando veo a los Reyes Magos o voy a una iglesia siento familiaridad, y cuando miro un templo budista o a un tipo con turbante siento extrañeza. Me gusta formar parte de una tradición estética tan compleja, aunque no haya hecho nada por pertenecer a ella, y me irrita pensar que se pueda perder. Aunque no crea en Dios, ni en la moral reaccionaria, ni en las peroratas de los curas.